En la calle de mi casa hay un terreno de pastura, dos caballos viven allí, de lejos parecen caballos normales, pero cuando se mira bien, vemos que uno de ellos lleva una campanita en el cuello, La razón es porque uno de ellos es ciego, El dueño cuando vio esta anomalía en su caballo le consiguió uno más joven, de pronto eso es ya de admirar pues si escuchamos bien oiremos una campana, el caballo joven es el que lleva en su cuello la campana y así el caballo ciego sabe dónde está su compañero y va hasta él, Ambos pasan el día pastando y al final del día el caballo ciego sigue al compañero hasta el establo, el caballo de la campana siempre espera al ciego para guiarlo y el caballo ciego siempre se guía por la campana, confiando en que el otro lo está guiando por el sendero correcto,
Así como el dueño de esos caballos, Dios tampoco se deshace de nosotros, solo porque no seamos perfectos, porque tengamos problemas o desafíos, El Padre siempre cuida de nosotros y hace que otros venga en nuestro auxilio, nos guía con su amor por medio de sus emisarios, cuando precisamos, cuando lo necesitamos, cuando mas desfallecemos, cuando ya nuestras fuerzas se han agotado, A veces somos como ese caballo ciego guiados por el sonido de la campana de aquellos que Dios-Padre coloca en nuestras vidas, A veces somos esos guías, puentes o enlaces ayudando a otros a encontrar su camino, Así son los buenos amigos cuando tú los necesitas ellos están ahí y no necesitas conocerlos siquiera, porque es el Padre a través de estos guías, POR FAVOR OYE MI CAMPANA QUE YO TAMBIEN ESCUCHARE LA TUYA…, «YO DECRETO AQUÍ Y AHORA HACER REINAR PERMANENTEMENTE EL AMOR, LA PAZ Y LA ALEGRÍA, EN MÍ Y ALREDEDOR DE MÍ, PARA MI BIEN MÁS ELEVADO Y EL MÁS ALTO BENEFICIO DE TODOS, an anasha, om tat satt, Selamat Gajun, Selamat Ja, Sé Uno, Sé en Alegría, Véhuiah,
Doctor Wayne W. Dyers
DOS CABALLOS
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